Casa vieja

-¡Albricias y zapatetas! La princesa se ha despertado!!!
-Jean...Por favor, no molestes tan temprano. Y sabes que no me gusta nada que me llames así.
-¿El que te molesta, princesa?

La chica fulminó con la mirada al hombre que tenía ante ella. Era alto, de cabello oscuro y ojos del color del azabache...Ojos que casi nuca mostraba, por que siempre estaba sonriendo y los ojos se le empequeñecen hasta parecer dos pequeñas líneas.
Estaba sentado en la mesa de la cocina, llevaba unos vaqueros  desgastados y un jersey de lana fina de color gris, que dejaba vislumbrar su torso bien formado.

-Jean, no seas picón. Hoy no. Estoy muy nerviosa.
-Lilith, no tienes por que estarlo. No es la primera vez que montas un negocio- Jean dio un sorbo a su café y siguió ojeando el periódico que tenía en la mano libre.
-Ya, pero es distinto. Una taberna es fácil de llevar, una herrería es fácil de llevar...Aun que me costó fidelizar a la clientela - la chica parecía hablar más para si misma que con Jean- Ser médico...¡¡¡Fue fácil!!- Lilith se derrumbó en en una de las sillas de la pequeña cocina.
-Pudiste con eso..Y en una época difícil -El hombre miró a la chica por encima de su periódico- No se que le ves de complicado a esto.
-Básicamente, por que no hemos vuelto al sitio donde todo comenzó y donde nació mi sueño...
-No seas mentirosa, hasta un siglo después no empezaste a hablar de esto.
-Bueno...De acuerdo. Pero entiendes que esté nerviosa, ¿no?
-Si pequeña. No mucho, pero lo entiendo...O trato de hacerlo...-El chico sonrió y volvió a su periódico- Y ahora desayuna.
-No, que ya voy tarde, hoy me traen dos pedidos y quiero que todo esté en su sitio. Hoy abre Larpeiradas!!- Lilith salió resuelta de la cocina, cogió su bolso de la entrada , y se miró al espejo para darse un último repaso.
Su cabello castaño claro (que a veces da la sensación de ser rubio, y otras de un tono oro rojo) sujeto por una diadema con un lacito decorativo, estaba perfecto. Al igual que su conjunto de ropa: una blusa de color rojo, de manga corta, unos vaqueros azulones y unas zapatillas blancas.
El verano estaba dando sus últimos coletazos y todavía se podía ir en manga corta.

Una vez hecha la revisión de ella misma y su bolso, salió de la casa hacia su coche. Hoy es un gran día.

4 comentarios:

Indécis dijo...

Ya, lo he decidido, me gusta Santiago! Aunke aki no va, es el resumen de lo ke he leído, es campestre y rudo, y me agradanlos hombres así!
Me gusta el nombre de la chica Lilith, y cómo viste..

Termina luego la descripción que kiero seguir leyendote!! Te someteré hasta ke postees! Un tocapelotas culakiera! xDD

(:

Neswina dijo...

ejem...Yujuuu!!! xD

Alessandra Valmont de Vulturi dijo...

bueno se confirma totalmente que corrientes mortales no son...pero me intriga la carácterística que puedan tener, sobretodo porque al parecer sus vidas con corrientes...

Neswina dijo...

No, mortales no son...Por lo menos corrientes...

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